Cuantos puentes debo cruzar
si cada día es una aventura,
y cada instante distinto al anterior
Cuanto debo vivir para aprenderme la vida
y, así, dejar de tropezar, perder o abandonar…
Tanto cambio me absorve la seguridad y
me azota las raices…
A veces desearía habitar un rincón permanente
donde cada nuevo día fuese un día igual.
Pero cada amanecer es distinto,
cada mirada encontrada en el camino
esconde nuevos misterios, nuevos secretos,
y mi curiosidad infantil me arrastra,
deseosa, como un niño ante un escaparate de juguetes…
Por Maribel Guerrero
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada