El río fluye bajo mis pies colgantes
Cada día igual y cada día cambiante
Las piedras sienten su caricia y su bravura
Y yo a penas alguna salpicadura.
Soy un puente y los que por mi pasan
se paran a contemplar
el estruendo de tanta agua.
A menudo me pregunto
si todo final es un comienzo
¿por qué me asusta tanto
caer y dejarme llevar hacia la inmensidad?
Es lo único que deseo y
lo único que me da miedo.
Por: Maribel Guerrero
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