Camino, vagabunda,
hacia una puerta cerrada.
El silencio se amontona
entre mis juicios
y la lluvia que cae sin cesar.
Lluvia lenta.
El aire se llena
de mil estrellas brillantes.
Lluvia gris.
Las hojas secas que habitan en mí,
tiemblan un instante
y caen al suelo.
Lluvia silenciosa,
busco en mis raíces
algo que me de sentido
y descubro
cuan profundas se hunden en la tierra,
ajenas a mis pensamientos,
savias de sabia
antiguas en la mirada.
Y amanece de nuevo….
Y me visto con los colores de la mañana,
salvaje y fresca,
mientras bailo mi música de raíz y agua.
Por Maribel Guerrero,